En medio de los peligrosos rápidos de Cachuela Esperanza, a 94 kilómetros de Riberalta, vive una singular especie de pez que desafía la lógica porque habita en un “tumbo”, un lugar formado por piedras gigantes y filosas, al que pocos se atreven a desafiar, entre ellos las paraibas. El lugar, sin embargo, forma parte del Triángulo Amazónico de Turismo.
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Foto periodico La Razón |
Las paraibas son peces que llegan a medir entre cinco y siete metros en su adultez y su principal característica es que no cuentan con escamas gruesas, por lo que se encuentran entre los llamados “peces de piel”.
Son muy cotizados y hay pescadores que hacen lo posible por encontrar y atrapar uno, pese a los riesgos que corren. Además, son una especie en peligro de extinción.