La laguna Tumichucua (lengua tacana), que significa “Isla de los motacuces”, fruta que abunda en el lugar, se encuentra ubicada a 40 minutos de Riberalta y con el paso de los años se convirtió en un gran atractivo turístico. Sus aguas son verduzcas y en el centro albergan a una isla natural flotante que —según los habitantes y como cuenta la leyenda— se alza sobre la cabeza de una sicurí gigante que la mueve por las noches.
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Foto periodico La Razón |
Nadie llega hasta la isla nadando debido al temor y respeto que sienten por las anacondas. Cruzan el lago en canoas o lanchas para poder dar un paseo o recolectar frutos.
Ya en la isla uno se siente observado y escucha extraños sonidos que salen desde varios puntos. Se trata de cientos de monos silbadores, dueños de la superficie de la isla.